24 abril, 2005

Porque la Divinidad interior

Porque la Divinidad interior jamás se impone, nada reclama, no amenaza; se ofrece, se da, se esconde, se olvida a sí misma en el seno de los seres y de las cosas; no censura ni juzga, no maldice ni condena, mas está sin cesar trabajando para perfeccionar sin apremio, corregir sin reproches, estimular sin impaciencia, para enriquecer a cada uno con cuantos tesoros pueda recibir.

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